De la mano de Mailen Ema Sofía, te invitamos a viajar por una linea de notas que abordarán temas diversos pero nuestros, que en algún momento debemos conversar, debatir, pensar, actuar, por la importancia que tienen para cada un@, sobre todo en estos días. Atención!
Con todo lo sucedido en nuestro país desde octubre del año 2019, este concepto ha cobrado cada vez más sentido para quiénes estamos en la búsqueda de un nuevo sistema de vida social, uno que favorezca e implemente hábitos más respetuosos con el planeta, con los seres vivos y definitivamente menos violento o represivo con aquellas personas que no encajan en la heternorma.
El apoyo mutuo se refiere a como el trabajo en
equipo a través de la cooperación genera beneficios recíprocos entre una
comunidad, y es divulgado
en 1902 por el científico y filosofo anarquista Piotr Kropotkin quién plantea
este concepto como un factor de evolución social, basándose en las
investigaciones realizadas sobre diversas especies de animales, desde insectos
a mamíferos y desde comunidades humanas primitivas hasta la edad moderna, que
viven y vivieron en un sistema de organización apuntando hacia al bien común,
demostrando actitudes solidarias frente a la recolección de alimentos, cuidado
de las crías y construcción del bienestar.
Idea que se contrapone a la propuesta por el biólogo Charles Darwin en 1859, y que nos habla de la existencia de una competencia instintiva por los recursos disponibles y de como la selección natural tiende a favorecer a los más fuertes o aptos, provocando una evolución de las especies a través del continúo desafío por sobrevivir y de la predominio de las razas superiores por sobre las inferiores, teoría en la cuál se fundamenta el sistema jerárquico y competitivo actual y que se le conoce como Darwinismo social.
Sin embargo, hoy que la gente debe pensar en sobrevivir el día a día, nos
damos cuenta que en vez de favorecerse la competencia surgen los valores de la
solidaridad entre quienes viven una realidad similar. Vemos como se alzan las
ollas comunes y las acciones cooperativas, como se levantan los llamados a
generar colectividad a través de la economía circular, del apoyo entre
emprendedores, de volver al producto nacional y hecho en casa, elaborado de las
manos del vecine, de aquella persona que en años no tuviste que saludar, hasta
ahora.
Pareciera ser que toda esta crisis nos invita a retornar a formas más
primitivas de organización y utilización de los recursos, puesto que son
evidentes los daños devastadores que este mecanismo de sobreproducción y
consumo han generado en los últimos 200 años, no solamente al ecosistema si no
también a la calidad de las relaciones humanas donde los aparatos digitales han
llenando vacíos y espacios que antes se ocupaban en contemplar o compartir con
quienes te rodeaban. Y sin embargo si no fuera por esos aparatos en estos
momentos de aislamiento ¿cómo podríamos comunicarnos? Muches pensarán que no
sería posible, de hecho, creo que la gran mayoría llegamos a sentir algo de ansiedad
de solo imaginarlo, pero lo cierto es que los seres humanos somos sumamente
adaptables, razón por la cuál hemos proliferado hasta sobre poblar el planeta y
convertirnos en el máximo predador, incluso para nosotres mismes.
Es por eso que este concepto del apoyo mutuo, aparece como un factor
de evolución necesario para generar cambios fundamentales en nuestra sociedad,
puesto que propone que la fuerza del colectivo es superior a la fuerza de un
gran rival. Si nos lo imaginamos con aves, lo que quiere decir es que un grupo
de golondrinas puede superar a un Halcón si estas se organizan y trabajan
cooperativamente por la defensa de todas y cada una de ellas.
Y en este punto se me viene a la mente el caso del violador Martín
Pradenas, que gracias a la potencia del colectivo y su presión social fue
puesto en prisión preventiva, provocando como si fuera un efecto mariposa, la
caída de Tito Fernández o “Temucano”, que se mostraba como cuál patrón de fundo
invencible. Así de potente es la fuerza de las personas cuando se unen ante un
objetivo, cuando logran vencer el miedo a las diferencias y sacarles el
provecho a las particularidades de cada uno.
De eso trata el apoyo mutuo, de entender que cada parte del
engranaje es necesaria, por ende, no hay un ser superior o inferior, nuestra
vida vale tanto como la de un perro abandonado en la calle, somos igual de
efímeros al menos, sin embargo, nos comportamos como si fuéramos dueños del
suelo que pisamos, de la tierra en la que nacimos y del apellido que cargamos, como
si esos datos dijeran todo sobre nosotros. Pero lo cierto es que la importancia
que le damos a esa información no es más que una herencia cultural que busca
dividir para dominar y que podemos modificar haciéndonos conscientes de su
influencia.
“Evitad la competencia. Siempre es dañina para la especie, y vosotros
tenéis abundancia de medios para evitarla”. Tal es la tendencia de la
naturaleza, no siempre realizable por ella, pero siempre inherente a ella. Tal
es la consigna que llega hasta nosotros desde los matorrales. bosques, ríos y
océanos. “Por consiguiente: ¡Uníos! ¡Practicad la ayuda mutua! Es el medio más
justo para garantizar la seguridad máxima tanto para cada uno en particular
como para todos en general; es la mejor garantía para la existencia y el
progreso físico, intelectual y moral”.
Extracto del libro “La ayuda Mutua: un factor para la evolución”
Piotr Kropoktin
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