Cuando hablamos de sexualidad, no debería ser novedad para nosotras entender que en realidad casi todo está permitido. Pasar de “heterosexual” a “homosexual” o de cualquier orientación sexual a otra es posible en cualquier persona y momento de su vida, pero ¿Por qué?
En realidad, el aspecto sexual de las personas está siempre formándose durante nuestras vidas, desde que nacemos hasta nuestra senectud y esto ocurre porque nuestra identidad, quienes somos como personas, está también formándose constantemente y la orientación sexual está súper relacionada con quienes somos. Por lo tanto, una persona cambiando su manera de pensar, también puede cambiar su manera de sentir y lo que le gusta, así mismo pasa con la orientación sexual.
A esto se le llama fluidez sexual y es muy común que ocurra en personas de todas las edades y culturas. Cuando nacemos, se podría decir que venimos “en blanco”, pansexuales, etc. Y a medida que vamos creciendo, la cultura en la que vivimos, las personas que nos rodean, las experiencia que vamos teniendo y cómo vamos aprendiendo que es el mundo, la sociedad y la vida van ayudando a dibujar un camino definiendo nuestra orientación sexual, el cual puede ser a veces muy marcado y claro, mientras que otras veces puede ser más laxo y difuso. ¡No pasa nada!
El tener que definirte en una determinada orientación sexual, es de por si una creación de la sociedad, artificial por así decirlo, para ser mucho más clara, es exactamente lo que sucede con los países. Existen muchos con sus propios límites, culturas y características pero al final la tierra sigue siendo tierra, sin considerar esos límites que dibujamos en el mapa para ordenarnos nosotros. Sin países, la tierra seguiría siendo la misma tierra en lo concreto. Bueno, lo mismo pasa con la sexualidad: aunque nada te empuje a definirte, seguirás sintiéndote atraída por otras personas.
Es muy importante que entiendas que cada quien puede vivir su sexualidad de la manera que sienta más adecuada -siempre y cuando no dañe a otres- y no hay nada de malo en aquello, incluso si alguien pasa de tener novio a novia o al revés. Por último recuerden, chiquillas, que es gracias a la fluidez sexual que existen las -maravillosas- lesbianas conversas, que en más de una ocasión nos han dado una sorpresa.
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