Más allá de los prejuicios, más allá de las miradas extrañas, más allá incluso de la discriminación, más allá de la discriminación de tus propios amigos gay y lesbianas…aun habiendo salido del closet, la más dolorosa de las discriminaciones es la de tu propia familia, la de tus padres y hermanos.
A veces se olvida y vas por la vida sonriendo, haciendo tus cosas, estudiando, trabajando, amando a tus novias/os. Entonces te haces mayor y tus hermanos comienzan a tener hijos, empiezan los almuerzos y cenas familiares, te invitan, lo pasas genial, siempre y cuando no menciones nada de tu vida, menos de lo que opinas sobre los candidatos presidenciales que no apoyan ninguna causa de la comunidad gay, casi que es mejor quedarse callada, “qué puede importar menos que tus necesidades?”. Personalmente, lo viví hace poco, no diré ni las palabras, ni su tono. Sólo recuerdo su cara, hablando de lo ridículo que es que una pareja de hombres o mujeres quieran tener hijos, “Estoy en contra” dijo. Le dije que a penas pudiera adoptaría un niño y respondió que sólo lo hacía por la necesidad egoísta de llevarle la negativa. Le respondí:
“¿Tan importante te crees que adoptaría un hijo solo para llevarte la contra? Me discriminas, soy parte de tu sangre y pasé a ser un ser casi de tercera, menos inteligente, con menos derechos, con menos amor para dar ¿Quién te crees que eres?” Me levanté de la mesa y me fui a jugar con los pequeños de la casa.
Mi experiencia es una de la miles, de millones de personas, de gente como nosotros, que tenemos aguantar. Tal vez hay cosas aún peores vividas por nuestra comunidad. Es nuestra responsabilidad HOY, hacer que no pase más, hay que alzar la voz, hay que hacer que por fin las cosas cambien en CHILE. No permitamos más atropellos, no permitamos más suicidios, no permitamos que el amor de los padres se condicione según nuestra condición sexual…no permitas que alguien te diga cómo vestir, qué hacer, como comportarte, a quien amar…no permitas que tu misma/o coartes lo más maravilloso de ti: ser TÚ.
Sin querer hablar de política, sólo digo que este año podemos lograr un avance, podemos demostrar fuerza política, podemos lograr tapar la boca a los tradicionales cristianos, evangélicos, o sólo a los viejos retrogradas que no quieren un país con “gente feliz”… pues lo lamentamos, Chile también es nuestra patria y haremos lo posible, por hacerla lo más feliz posible para todos.
Volviendo a la familia, hay que hacer que esas familias que aman a todos sus hijos y hermanos de la misma forma, propaguen ese amor, a las/o que no tuvimos esa suerte. Vamos por esos los valores “REALES” de la familia, amor, contención, protección, ética, entre otros.
Vamos por un país feliz…al fin.
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