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No te pierdas a “ti” por mantener una relación

Soy Lela

No te pierdas a “ti” por mantener una relación

Cuando estás en una relación amorosa con una persona, cualquiera sea, en realidad lo que estás diciendo es que decidiste entregar tu compañía, cariño, tiempo, amistad y amor a esa persona –voluntariamente, espero- porque quieres y puedes hacerlo. Entonces, no tienes ninguna obligación real de estar ahí ni de hacer nada de una forma determinada, simplemente sientes y haces lo que sea congruente con ello. Bueno lo último muchísimas veces no se cumple, pero es lo que se espera que hagan los adultos, la forma saludable diría yo.

Esto quiere decir que por ejemplo en el caso de la –infinitamente sobrevalorada- fidelidad, la razón por la cual tú no te involucras con otras personas (Ya sea sexual o afectivamente, dependiendo de tu concepción al respecto) es porque más allá del “pacto” que implica establecerse en una relación monógama, conscientemente has decidido que no deseas relacionarte de esa forma con nadie más que tu pareja, y por ello no lo haces. Ni más, ni menos. Porque hacerlo por otro motivo como “Es el costo a pagar para tener al otrx”, “Lo hago para no dañar al otrx” o cualquier argumento que implica que el motivo nace desde el otro y no de ti, está indudablemente destinado al fracaso. Y no digo que necesariamente vayas a cometer una infidelidad, pero al menos te va a provocar angustia, estrés o sufrimiento el tener deseos para con otrx y reprimirlos… Al final eso se transforma en emociones hacia la pareja –inconscientemente- desgasta las relaciones y bueno, ahí cada quién se hace cargo a su manera.

Otra forma en la que podemos visualizar lo anterior, es en el caso de la identidad de cada una de las personas de la relación. Y esta vez no necesariamente estoy hablando de esas parejas que realmente se mimetizan entre ellxs, aunque también caerían en este “saco”, obviamente. Muchas veces estando en una relación ocurre que una de las personas, hace cosas que no quiere ni debe hacer en su vida e incluso con su cuerpo, para complacer al otrx o para evitar situación(Es) desagradable(s). Un ejemplo de esto es claramente la depilación:

“Me carga depilarme, en verdad por mí me dejaría los pelos todo el año, pero a –inserte aquí el nombre que quiera- no le gustan, hasta le dan un poco asco y no sé po. Igual creo es más higiénico(sic) andar sin pelo y como le da cosa, prefiero evitarme problemas y tener relaciones tranquilx. Que lata andar preocupadx de discutir por eso… Al final es un mal necesario no más po.”

La cantidad de veces que he escuchado este discurso me da más pena de lo que me gustaría. En realidad muchas personas cometen este tipo de faltas a sí mismos y a su identidad. La depilación, al igual que la ropa, accesorios, hobbies o lo que sea, no pueden ser una obligación social o impuesta si no que deben siempre ser una elección propia. Si no te gusta depilarte o usar pantalones, es la forma en la que eres, en que te has conformado como persona, parte de tu identidad y no tienes que modificarlo por nadie. No importa si a tu pareja le encantan los vestidos floreados, si no te gustan te aseguro que no te va sentirás cómodx con uno de esos y no deberías querer sentirte de esa forma.

Nadie tiene porqué opinar sobre ti, es tu identidad, la forma en la que le muestras también al mundo quién eres y cómo sientes; Cualquier intervención de otros en ti se va a llevar tu autenticidad, ¡Tu sello! Si alguien gusta de ti, siente por ti y quiere compartir su tiempo contigo –alias, tener una relación- significa que te querrá por cómo eres, con tus defectos, virtudes, luz, oscuridad y sobre todo, con tu humanidad y particularidades. Quien te quiere no intenta cambiarte, quién quiere cambiarte simplemente te usa de vía para satisfacer un deseo propio, de nadie más. Si yo le pido a Pepita que se depile el chocho cuando follamos porque me gusta muchísimo más así, estoy pensando en mí y no el ella, en mi placer. Y por favor díganme que saben –y si no lo saben apréndalo ahora- que eso nunca, pero nunca, ha sido realmente querer. Quien te quiere lo hace así mismo, sin más. Disfrutando de compartir su tiempo contigo, apreciando tu valor y de la forma exacta en la que te han conocido, porque eso es todo lo que puedes ofrecer. Así que la próxima vez que alguien quiera cambiar tu forma de ser, simplemente a decir :”No cariño, yo brillo así mismo, como soy. Bai”

Mai

Editora de contenidos y redactora de burdas.cl

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