Una mirada de esta espantosa noticia desde nuestra orientación sexual:
El sábado pasado me levanté, prendí la televisión y lamentablemente lo primero que supe fue que una mujer de 75 años, recibió una bala perdida mientras compraba un café con su marido.
El noticiero destacó que su marido quedó en shock con tal brutal muerte de su compañera de vida.
Bueno, ustedes ya saben, mi orientación sexual, es lesbiana, entonces me puse en el caso de esta pareja, este matrimonio que quizás a su ritmo planearon ir de compras por Santiago y como cualquier transeúnte, les dieron ganas de comprar uno o dos de esos ricos pasteles que vieron en una vitrina. Me imaginé con mi compañera de vida. Lo primero que pensé fue ¿Los medios de comunicación habrían puesto este titular, si la fallecida era esposa o pareja de la mujer que ese día la acompañaba? No creo. Seguramente habrían dicho que dos mujeres adultas mayores habían entrado en la pastelería minutos antes de la balacera callejera y que una murió por una bala en el pecho, sin comentar parentesco o vinculo afectivo entre ellas.
¿Por qué? ¿O sea, ser una pareja mayor lesbiana aún es tabú en Chile? ¿Qué más da el parentesco si una mujer de 75 murió a raíz de la delincuencia desatada últimamente? ¿Quizás el dolor heterosexual es más valioso aun en esta sociedad heteronormada?
Entonces recordé a Sandra Almeida, una mujer lesbiana de 60 años a la que un hombre mató en la calle en un acto homofóbico ¡Eso ni siquiera alcanzó a ser noticia por televisión!
Entonces ¿Dónde está esa línea que clasifica que una muerte tiene mas valor que la otra por su orientación sexual? ¿Quiénes son los que destacan las noticias de mujeres muertas que deben o no salir en televisión?
Me quedan 20 años para llegar a mi tercera edad y alzo la voz porque, así como visibilizan muertes de mujeres heterosexuales de todas las edades por televisión y por distintos motivos, quiero que visibilicen a lesbianas que matan a diario, que son humilladas, maltratadas, violadas, flageladas y fallecen en manos de gente que nos odia, nos tratan como “la peor especie del mundo”. Quiero equidad. No dejamos de ser humanas al ser mujeres que amamos a otras mujeres y nuestras muertes violentas también deben tener un amplio despliegue policial y televisivo.
El mundo debe abrir los ojos ante la clara diferencia que existe y que ha existido siempre ante nuestras muertes, nuestros tratos laborales, nuestras humillaciones sociales. Y esto debe ser pronto.
¿Cuánto vale mi vida como mujer lesbiana en comparación a una vida de una mujer heterosexual? Qué injusto, ¿no? Ya basta de ser discriminadas, incluso en la hora de nuestra muerte.
Encerronas, asaltos y portonazos, son solo algunos de los delitos que se ven frecuentemente en los medios de comunicación ¿Hasta cuándo nos sentiremos insegur@s y vulnerables? Porque gente, este tipo de atracos nos puede involucrar a tod@s: mujeres, lesbianas y hombres homosexuales, transexuales, niños, etc. y a cualquier edad!
Volviendo al homicidio de esta mujer de 83 años, que no tenía nada que ver, como mujer puedo imaginarme su miedo, su fragilidad y además la frustración de su compañero de vida al estar en medio de una guerra sin entender nada.
L@s niños y personas mayores son las más corren riesgo ¡El gobierno debe hacer algo! No merecemos vivir con una combinación de emociones abrumadoras como miedo, enojo, frustración, vulnerabilidad y confusión.
Merecemos nuestra paz mental y aprovecho de recordar a los medios que cada vida vale, por ende su muerte es igual de violenta e impactante, independiente el sexo, edad u orientación sexual.
Solo compartir la frustración, más si este terror es a causa de delincuentes que no piensan, no sienten, no les importa y lo peor: Quedan impune.
Ese es el Punto.
Carolina Vargas
Escritora, columnista, comunicadora, coach.
Defensora minorías sexuales
www.macarolinavargas.cl
Debes estar logueada para comentar Login