El título en Netflix Las vidas trans en pantalla, es una colección de testimonios que se sumerge en la persistencia de ciertos estereotipos problemáticos en el cine y la televisión, así como su real impacto en las experiencias de vida de la gente real.
La actriz Alexandra Billings cuenta en el documental: “Salí en muchas series sobre hospitales, morí un montón. No paraban de matarme”.
Con esto se refiere a uno de los estereotipos trans más repetidos en la televisión estadounidense: el personaje episódico que ingresaba por complicaciones relacionadas a su transición, lo que según la actriz, siempre acaba dando la sensación de que cambiar de sexo equivale a fallecer, o como mínimo pasarla terrible, para que los verdaderos protagonistas de la serie pudieran tener primeros planos dramáticos de reacción.
“Paciente a las puertas de la muerte por haber decidido ser quien es” es solo un ejemplo de la realidad, que son las poquísimas opciones que la televisión de los años 90 ofrecía a gente trans, a quienes a parte, siempre vimos como prostitutas o, en el peor de los casos, como el chistes heteronormados del estilo “¿Recuerdas a tu mejor amigo? Ahora es ella”. El filme, dirigido por Sam Feder y armado en torno a entrevistas frente a cámara con diferentes personalidades de la industria audiovisual a los cuales much@s reconocemos, destaca la idea de que, si bien las personas transgénero pueden ser prostitutas o enfermar a causa de complicaciones médicas, no son solo eso. Pero es así como Hollywood las vio: Papeles funcionales que se definen únicamente por su condición de trans.
El personaje de Buffallo Bill de “El silencio de lo inocentes”, por ejemplo, es objeto de un análisis intenso por parte de la actriz y guionista Jen Richards, que recuerda con horror como una de sus mejores amigas la comparó con él cuando reunió el valor para confesarle que quería iniciar su transición. “Como si su único punto de referencia fuera este desagradable asesino en serie psicótico, que caza a mujeres para poder matarlas y desollarlas”.
¡Apropiarse literalmente del cuerpo femenino para satisfacer una suerte de fetichismo desviado! Y claro, es exactamente el pensamiento que cierto sector del feminismo proclama en contra la existencia de mujeres trans.
Pero en definitiva, lo que los diferentes testimonios de Disclosure intentan decir es que, en un panorama audiovisual exento de pluralidad, los estereotipos trans más queridos de Hollywood podían llegar a ser altamente “problemáticos” para personas que solo se veían representadas en pantalla de forma aberrante o, en el mejor de los casos, mínimos. El documental parece en momentos un viaje desde la oscuridad, hasta la luz, o hacia un presente donde estrellas como Laverne Cox o series comoSense8 empiezan a dibujar un panorama más diverso e inclusivo.
La actriz Jamie Clayton, quien encarna al personaje de Nomi en Sense8era trans, pero no estaba definida por eso. “Su historia de amor con Amanita trascendía todo lo que había conocido acerca de las relaciones”, confiesa.
Disclosure no solo sirve para examinar las representaciones trans más evidentes de la historia del cine y la televisión norteamericanas, sino también para cuestionarnos lo que realmente sucede y como el público en general, incluido directores y creativos tratan este delicado y sensible tema. Hoy ya es una realidad que nos toca vivir a tod@s como seres humanos.
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