Ashleigh Coulter, tiene 28 años, su esposa Bliss Coulter, tiene 36 años, son de Texas, y decidieron turnarse para llevar a el hijo de ambas en sus vientres.
Gracias a la ayuda de especialistas en fertilidad, se convirtieron en la primera pareja de lesbianas en el Mundo, en llevar físicamente el mismo embrión de su futuro bebé.
Mientras que Bliss quería un hijo que fuera biológicamente suyo, Ashleigh quería llevar al bebé hasta el nacimiento.
“Siempre he querido a mi propio hijo, pero no me gustaba la idea de dar a luz, no sabía que pudiésemos hacer algo así” , dijo Bliss Coulter recientemente.
Decididos a cumplir sus deseos, la Dra. Kathy Doody y su marido, el Dr. Kevin Doody, especialistas en fertilidad de la Clínica de Fertilidad CARE en Bedford, Texas, decidieron probar por primera vez la Fertilización In Vitro Recíproca Sin Esfuerzo.
A grandes rasgos, el procedimiento trata de lo siguiente: los óvulos y el esperma se introducen en un dispositivo INVOcell, que se inserta en la vagina durante un período determinado de incubación.
El dispositivo INVOcell, es una pequeña cápsula de plástico que se colocó en Bliss, permitiendo que el óvulo se fertilizara con el esperma del donante.
Se mantiene en su lugar con un diafragma pequeño, que a su vez, tiene agujeros para permitir que salgan las secreciones sobrantes.
“Cosechamos el óvulo, lo colocamos con el esperma durante cinco minutos y luego lo colocamos directamente en la vagina con el dispositivo INVOcell”, explicó la Dra. Kathy Doody.
“La vagina funciona como una muy buena incubadora”. Después de cinco días, el embrión se retiró del Bliss y se congeló.
Antes de que ser insertado en Ashleigh, su cuerpo fue preparado con hormonas, como estrógeno por vía oral y también inyecciones de progesterona, tratamiento que que demora aproximadamente tres semanas.
“Colocaron el embrión en mi cuerpo e hicieron un examen de sangre 10 días después, y quedamos embarazadas en el primer intento”, recordó Ashleigh, quien anidó al bebé durante nueve meses.
Stetson Coulter nació en junio de 2018 y pesó 3,7 kg. “Está sano, feliz y no hubo complicaciones “, dijo Ashleigh.
Las nuevas madres que se casaron en 2015, se han enfrentado a muchas preguntas sobre los riesgos de este proceso único, pero en definitiva los peligros no son diferentes a la FIV tradicional.
“De hecho, es más natural porque todo sucede dentro del cuerpo en lugar de dentro de un laboratorio”, declaró Ashleigh Coulter.
La pareja espera inspirar a otras parejas lésbicas a intentar la FIV sin esfuerzo, porque además tiene aproximadamente la mitad del costo de la FIV tradicional.
“Este procedimiento abrirá una gran ventana para aquellas que quieran engendrar un hijo propio, y quieran compartir el embarazo”.
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