Es muy común escuchar hablar de la masturbación, pero muy pocas veces oímos de cómo las mujeres también nos disfrutamos, y sí que lo hacemos. Sin importar la cultura en la que te encuentres la masturbación es algo transversal, ninguna se salva en esta materia; Seamos todas entonces, pecadoras –bah!-.
Para mí al menos, me parece muy importante que una mujer se masturbe porque creo que –a lo menos- es la mejor forma de entender un poco como funciona la vulva y de qué maneras puede sentir placer. Ninguna se parece a otra –¡bendita variedad!- y lo que a mí me puede encantar y hacerme encorvar levemente la espalda mientras se me pone la piel de gallina y agita mi respiración, puede que a ti te corte todo el rollo y la única forma de saberlo , obviamente es intentándolo.
En mi experiencia con vulvas, vaginas y clítoris puedo afirmar que mientras más busques, más diferencias encontrarás porque simplemente así somos, diversas. Está clarísimo que la masturbación no reemplazará el tener sexo con otras bellezas, porque nunca lo ha pretendido, aunque –para que vamos a andar con cosas- a varias les ha quedado como anillo al dedo en largos tiempos de sequías.
Ahora mi recomendación es seriamente la siguiente: ¡Tócate fleta! ¡Tócate harto! Porque es necesario, porque es la única forma de que sepas lo que te gusta, porque así puedes saber hasta adonde alocarte en la cama –y en donde quieras- porque tu cuerpo no es objeto de placer para nadie más que para ti misma, porque es maravilloso, porque tienes derecho a sentir ese placer gratuito que se encuentra en ti misma y porque simplemente, es tu cuerpa y tú decides que hacer con ella –siempre-.
Creo que está casi demás decir que existe un tabú respecto a la masturbación femenina, en donde no se le permite a la mujer socialmente hablar de su autoexploración, donde la mujer ha sido empujada a sentir culpa o vergüenza por hacerlo –esta se la hecho a la iglesia- , donde entre amigos es normal hablar de sus pajas ,pero entre mujeres existe miedo a ser mal mirada si se dice, todo esto y mucho más, tenemos que mandarlo a la mierda, y masturbarnos, a nosotras y a otras si queremos,y hablar de la masturbación abiertamente y así mismo, abiertamente disfrutarnos también entre las piernas, en ese rinconcito de nuestra cuerpa que a muchas les avergüenza llamar VULVA.
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