La situación de las minorías sexuales en Chile sigue siendo compleja porque existe una cultura añeja y patriarcal de rechazo a las personas adscritas a estas minorías y un querer confundir el enfoque de género con el rechazo a la heteronorma, cuando lo que se busca es respeto e igualdad de derechos.
Después de tanto tiempo se sigue creyendo que el concepto “minoría sexual” es sinónimo únicamente de lo homosexual, por eso es fundamental aclarar que ello no es así y que dentro de este concepto están las personas homosexuales, bisexuales, transexuales y transgéneros. El tratamiento discriminatorio e ignorante proviene de distintos sectores sociales y muchas veces, las acciones más perjudiciales no se denuncian por falta de mecanismos para hacerlo de forma segura, que mantengan intacta la dignidad de la persona. Es increíble que en el año 2023 siga pesando más con quien te acuestas que quien eres, y peor, que alguien se sienta con el derecho de preguntártelo.
Creo que en todo el mundo, a pesar de los avances, las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans (LGBTQ+) se enfrentan a estigmas, discriminación y violencia debido a su orientación sexual e identidad de género real o percibida, o porque su cuerpo difiere de las definiciones tradicionales de mujer u hombre. Aun cuando en la actualidad hay más información, más educación y más campañas a favor del respeto, rara vez las personas son conscientes de su ignorancia, lo que en nada las disculpa, ya que en conjunto con personas que albergan ideas parecidas y noticias que confirman sus creencias, según ellas, toda esta cultura de rechazo a las minorías sexuales se ve reforzada sin cesar, sin cuestionamientos.
Las lesbianas, por ejemplo, seguimos enfrentándonos a una serie de prejuicios, estereotipos, burlas, faltas de respeto y muchas otras cosas más que pueden parecer inofensivas pero que son verdaderos atentados a nuestra persona y dignidad, como lo que ocurre al querer adoptar un hijo o tener que escuchar gritos e insultos en las calles, entre varias otras situaciones.
Lamentablemente la discriminación y falta de respeto y empatía viene desde pequeños, desde las escuelas, lo que hace que muchos niños o niñas no quieran ir más por los ataques que reciben al ser “diferentes”, y no sólo desde el punto de vista sexual, por lo que desde ahí ya deberíamos abordar el tema. La falta de respeto ataca también su autoestima y desarrollo, su salud física y mental. Es hora de hacer algo en serio, son años hablando de estos temas, pero ¿Cuándo la acción? En lo personal me había gustado que “algo” se anunciara en la cuenta pública presidencial en materia de protección a personas pertenecientes a las minorías sexuales.
¡Chile…nos falta mucho aun! ¡A seguir luchando por nuestra dignidad y derechos!
Carolina Vargas
Escritora y columnista
Autora: “Me gustan los hombres y ahora me gusta una mujer ¿Qué hago?”
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