Pleno Metro Salvador, 17:30 hrs, comienza a sentirse una
energía subterránea dentro del cuerpo, como un vibrato que entra por los pies y
te mantiene con la coronilla erguida en dirección al firmamento, está en el
aire, desconocidas, de reojo, nos regalamos sonrisas.
El flujo sube.
Nos subimos al vagón repleto y nos bajamos en U. Católica.
En la calle los grupos liderados por mujeres se transforman
en charcos, lagunas, ríos que se unen hasta formar un gran verde mar.
En el Centro Cultural Gabriela Mistral luce imponente el lienzo subversivo que fue cartel de lucha en el Costanera Center días antes. Primero La Red de Actrices Chilenas (R.A.C.H) proclaman su manifiesto, para luego continuar las Horregias que incendian las fuerzas con su “Punk Rock Lesbocombatiente”.
… ¡Y me encuentro con tanta amiga! Nos abrazamos fuerte, nos
reconocemos cómplices, hermanas de lucha, guerrilleras de batalla…
El ambiente está caliente, las cuadrillas comenzamos la marcha y se hace presente EL REAL PODER: LA PUEBLA.
El gran e histórico Bloque Lésbico se toma el espacio. Son
cientos de mujeres lesbianas gritando con una sola voz, haciéndose visibles en
un Santiago que las recibe bien y en dónde el orgullo de nuestra lucha brilla.
¡Hermoso! Todas las organizaciones y comunidades presentes: Red Lesbofeminista,
Rompiendo el Silencio, Visibles, Iguales, Lelalong, Jueves de Lelas, entre
otras y muchas compañeras autoconvocadas, algunas que se unieron en el camino,
algo que eriza la piel, realmente somos muchas las lesbianas que caminamos con
la frente en alto y el corazón en la mano exigiendo derechos y diciendo:
EXISTIMOS.
Junto a nosotras la memoria imborrable y fresca de nuestras
compañeras asesinadas: Mónica Briones, María Pía Castro, Susana Sanhueza y Nicole
Saavedra.
En ese océano de mujeres hay rabia, orgullo, arrojo, luto,
carnaval, libertad, performances, teatro, instalaciones, danza, carteles y
stencil que van adhiriéndose a las paredes de la ciudad. La calle es el gran
escenario del mundo, la protesta es el arte que nos pertenece a todos, la
opinión en simbología es el lenguaje combativo que nos nace en el estomago.
El día moría en un naranjo romántico. La bandera chilena
flameaba al viento. Cerrar los ojos, escuchar el aullido, oler el sudor, la sangre
¡Tantas heroínas de capas verdes y violetas dueñas de su lucha!
Yo que alguna vez creí que solo el fútbol era capaz de
movilizar y detenerlo todo, me equivoqué, desde la pequeña altura que me daba
el carro de supermercado convertido en camión lograba ver en todos los
infinitos olas y olas de mujeres que saltaban, vibraban, parían, sacaban la
voz.
Llegar al escenario rodeada de tantos cuerpos. Amor,
ternura, seguridad, sororidad, coraje femenino:
PAZ
PERTENENCIA
HOGAR
La Su Opazo animando la velada junto a otras mujeres
bacanas, dándole el lugar que se merece el lesbianismo.
Para cerrar en Estación República con Anita Tijoux cantando “Antipatriarca” como himno Nacional mientras aún gran parte de la marejada seguía marchando desde Plaza Italia.
Hacia donde yo mirara veía a tantas compañeras reír, llorar, gritar, vivir, todas estábamos dentro un sueño compartido, mis amigas estaban allí existiendo en un espacio que la historia no va a olvidar, porque fuimos y somos historia porque nos dimos cuenta al unísono que el mundo que deseamos y soñamos es POSIBLE, que el presente y el futuro es feminista y que las lesbianas somos muy importantes y protagonistas de ello.
Te dejamos el video que hicimos de el día que las mujeres de Chile, hicimos historia:
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